martes, 7 de febrero de 2017

¿Tu bebé no obedece? Consejos para evitarlo

Mi hijo no obedece
Muchas veces no podemos evitar ponernos nerviosos cuando no obedecen. Siguiendo estos pasos conseguiremos que hagan más caso consiguiendo de esta forma un mejor ambiente familiar



     1.   Seguramente muchas veces hayas oido lo de educar con refuerzo positivo, ¿pero en qué consiste? Casi de forma natural vamos educando a nuestros hijos en negativo, esto es porque cuando son muy muy pequeños apenas comprenden nuestras palabras y para evitar situaciones de riesgo o peligro utilizamos una sencilla y corta palabra: No. Esto cuando son pequeños no es malo puesto que es una sencilla y directa instrucción que puede paralizar la acción indeseada ayudando a mantenerle a salvo.

No obstante, a medida que vaya creciendo e interprete mejor frases más complejas, debemos ir desterrando ese simple no y utilizar el refuerzo positivo. Esto se debe a que podemos decir una enorme cantidad de veces a lo largo del día esa misma palabra (puedes hacer la prueba y te asombrarás) hasta 80 veces perdiendo de esta forma totalmente su efecto disuasorio y provocando una cierta inmunidad puesto que no surte ningún efecto. Si empiezas a percibir que ese No le entra por un oído y le sale por otro, ha llegado el momento, debes cambiar al refuerzo positivo.
Los psicólogos nos demuestran que el refuerzo positivo es más beneficioso y útil. Para ello cambiaríamos el mensaje de “No pegues a tu hermana” por “Trata bien a tu hermana”, “No cojas eso” por “Coge esto otro” o “No veas la televisión” por “¿Leemos un rato?

     2.   Perder la paciencia es sencillamente demasiado fácil, y lo peor es que nuestros hijos son sumamente observadores y se ven que nos molestan ciertas actitudes, no dudarán en fomentarlas cuando no consigan lo que desean provocando que hagan más veces aquello que tanto nos molestó que hicieran. Como se puede apreciar es sumamente nocivo. Por ello debemos controlar nuestras emociones todo lo que podamos cuando estemos enfadados por algo que han hecho o dicho, usando la firmeza justa y mostrándose sosegado y calmado, lo que ayudará a que no hagan esa acción por despecho hacia vosotros, pues observan que no tiene ningún efecto en nuestro ánimo (en apariencia claro). Esto, por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, pero con práctica y determinación tendremos la suficiente destreza para lidiar con estas situaciones.

     3.   Sin darnos cuenta damos instrucciones demasiado ambiguas, vagas o incluso contradictorias. Como por ejemplo: “pórtate bien” “tienes que ser bueno”. Órdenes tan sencillas que no aportan ningún tipo de información de cómo tienen que actuar ni por qué. Este último punto es importante, a medida de que crezcan, las órdenes nuevas pedirán que las argumentemos, no valdrá con enunciarlas, querrán saber por qué. Este paso es natural y no debemos tomarlo como un reto, sino como un intento por parte de nuestros hijos por comprendernos y saber cómo funciona el mundo.
Debemos por ello procurar ser más específicos, concisos, aclarando lo que esperamos de ellos y por qué. Como ejemplos: “En la biblioteca hay que hablar bajito porque la gente está leyendo” o “Tenemos que hacer la fila para poder entrar porque sino sería muy complicado entrar todos a la vez”. Recordar que la argumentación sólo es necesaria para instrucciones nuevas, sino si que podría ser un intento de sacar de quicio. Hay que evitar por completo frases como “Porque yo lo digo” proporciona un aire de autoritarismo muy dañino y favorece que el niño entienda que la inflexión y cierta cabezonería son buenas formas de actuar.
     4.   Por último está el detalle que muchas veces los padres olvidan: debemos ser ejemplificantes. En muchas ocasiones los padres se quejan de la actitud de su hijo cuando realmente ellos mismos se comportan igual aunque a otra escala y aunque es natural que queramos que nuestros hijos sean mejores que nosotros, es muy difícil que la actitud de nuestros hijos sea diferente de la nuestra, por lo que debemos ser todo lo que queremos que sean, bondadosos, generosos, ordenados, obedientes...

Mucho ánimo con esa educación!


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