A
medida que nuestros bebés van dejando de serlo, buscan más excusas
para no ir a la cama
Es
una realidad que conforme nuestro hijo va adoptando más capacidad de
autogestión y decisión pueda hacerse cada vez más difícil
convencerle de que ya es hora de acostarse. Esto, en ciertos casos,
puede convertirse en un verdadero problema y fuente de constantes
tensiones.
Para
evitarlo en la medida de lo posible os facilitamos los siguientes
consejos:
-Crear
una rutina horaria es fundamental, puesto que de pequeños aún no la
tienen asimilada y sin darnos cuenta con nuestros ajetreados día a
día podemos influir negativamente. Especialmente útil e importante
es esta cuestión cuando empiezan a ir al colegio, puesto que ello
provocará que, independientemente de cómo hayan descansado esa
noche, se vayan a tener que levantar temprano. Esto puede suponer un
cambio relevante debido a que antes de esa etapa se suelen despertar
en muchos casos, cuando ya no tienen más sueño.
Mantén,
en la medida de lo posible, la hora de irse a dormir, lo que ayudará
a programar el metabolismo de nuestros hijos y que sientan sensación
de cansancio a la hora que estimamos oportuna, y no sólo eso, sino
que de esta forma también influiremos en la sensación de descanso
por la mañana aunque, por supuesto, para conseguir esto último
deberán levantarse siempre a la misma hora, ya sea día lectivo o
no.
-Para
evitar riñas innecesarias puedes utilizar la fórmula por la cual le
preguntas si ya se quiere ir a dormir, ante lo cual normalmente te
dirá que no, y tú de forma magnánima le podrás decir, venga vale,
5 minutos más, creando una complicidad y una falsa sensación en el
niño de que se ha salido con la suya, al menos en parte. De esta
forma no se volverá contra ti y no parecerá una decisión de los
padres, sino más bien, un acuerdo en el que él ha formado parte.
Eso sí, para que este sistema funcione es imprescindible que esos 5
minutos no sean prorrogables, lo que si puedes hacer es adaptar el
tiempo según veas el momento más adecuado y decir siempre que son 5
minutos. Esto lo podrás seguir adaptando siempre y cuando no sea tan
consciente del paso del tiempo.
-Ves
bajando la intensidad del ritmo de tu hijo conforme se vaya acercando
la hora de acostarse. Es un error muy frecuente usar los juegos en la
cama como aliciente para que se quieran ir a dormir, puesto que
efectivamente les incita a ir a la cama, pero no para dormir, se
aceleran mucho y no pueden conciliar el sueño. No obstante, si esta
técnica funciona, puedes seguir utilizándola, cada niño es
diferente, sin embargo, es más habitual que acciones como bañarles,
escuchar música o vídeos relajantes, leerles un cuento... ayuden a
que se duerman antes y que la calidad del sueño sea mejor.
-A
medida que crecen van reclamando de forma directa o indirecta, cada
vez más autonomía y capacidad de decisión y así como la hora no
la pueden elegir, si es bueno que les permitas cierto grado de
decisión en la rutina que estés creando, como qué cuento leer, con
qué muñeco dormir o qué música relajante quieren escuchar. De
esta manera, al participar ellos en cierta forma, tendrán más ganas
de cumplir la rutina.
-Intenta
establecer elementos ambientales que ayuden a diferenciar entre el
día y la noche, es decir, entre el periodo en el que deben estar
despiertos y el periodo en el que se debe dormir. Ejemplo de ello
puede ser la cantidad o intensidad de las luces (puedes usar incluso
una lamparilla de noche que se mantendrá toda la noche encendida),
el nivel sonoro de la casa (apagando televisión y bajando el volumen
de la voz), aumentar ligeramente el calor de la habitación donde va
a dormir nuestro bebé...
-Intenta
utilizar la misma frase de despedida para darle las buenas noches, de
esta forma esta sentencia indicará que ya no se puede prorrogar más
el tiempo de dormir y que debe comenzar el descanso. Si practicas el
colecho o le acompañas en su habitación o cama mientras se duerme,
desde el momento en el que pronuncias la frase ya no se debe hablar
más (salvo emergencias claro) hazte el dormido si es necesario para
que comprenda que ha llegado el momento de dormir.
Nunca
es fácil ni rápido instaurar una rutina, por lo que hazlo de forma
gradual, pero eso sí, continuada y manteniendote firme, sólo de
esta forma conseguirás un descanso profundo y sin enfados para tu
hijo. Buenas noches!
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