martes, 16 de agosto de 2016

Cólicos del bebé ¿que podemos hacer?

Bebé llorando

Uno de los episodios más desesperantes para los padres es sin duda, si el bebé desarrolla cólicos del lactante. Lo primero que debemos saber es identificarlos bien para no confundirlos con otro tipo de molestias como frío, calor, hambre, sueño, un pañal sucio o que se ha movido o simplemente soledad. Cuando hemos descartado esto debemos observar si presenta alguna de las siguientes características:
  • Suelen ser más habituales entre los 0 y 4 meses, aunque puede presentarse durante más tiempo.
  • Llanto sin motivo aparente de larga duración, varias horas, que no podemos calmar o hacer que desaparezca.
  • Son más frecuentes a última hora de la tarde o por la noche, incluso es posible que se despierte de madrugada.
  • El bebé se retuerce de dolor y la tripa se le pone dura por los gases acumulados.
  • Los bebés parecen siempre enfadados, irritados, lloran sin consuelo y muchas veces el llanto se transforma en grito.
Las causas no están claras todavía, puesto que no ha podido demostrarse científicamente, pero parece que está relacionado con problemas gastrointestinales como la acumulación de gases. Estos problemas pueden ser debidos a la inmadurez general del sistema digestivo de nuestro bebé, lo que podría desembocar en una intolerancia a la lactosa.

También se cree que es posible que sea una consecuencia de la adaptación al nuevo medio en el que se desenvuelven ahora los bebés, acostumbrados a un entorno más protegido, sin cambios de luz, sin ruidos, sin cambios de temperatura... y sea su forma de mostrar su descontento y su manera de buscar consuelo.

Por último, se baraja que sea una cuestión simplemente del carácter propio de cada bebé y de la forma que tienen de poner de manifiesto su malestar, unos con cogerle un poco ya se sienten satisfechos y otros no pararán bajo ningún concepto.

De todas formas existen una serie de trucos que se pueden aplicar para intentar mitigar su molestia:
  • Muchas familias encuentran alivio cuando al bebé, siempre por indicación del pediatra, se le retiran de la dieta todos los productos lácteos y sus derivados, así como otros que pudieran provocar una digestión complicada. Si ya está en época de tomar biberones, hay que tener en cuenta que existen preparados de leche en polvo para bebé sin lactosa.
  • Reducir la cantidad de ruido ambiental así como estímulos visuales, luces, televisión... buscando la tranquilidad y la comodidad. La mejor forma de pasar el episodio es consiguiendo que se duerma.
  • Dar paseos con el bebé en brazos mientras se canturrea con suavidad una canción conocida para el bebé también ayudará. Muchas veces los gases molestan porque se quedan alojados en cierta parte del intestino. El suave balanceo al andar o acunarlo en una mecedora ayudan a que se mueva y desaparezca el dolor, facilitando su expulsión.
  • Coger al bebé en brazos apoyando su barriga contra nuestro brazo aplicando una ligera presión también suele ayudar.
  • Aunque es fácil de decir, es muy importante mantener la calma a pesar de que es normal que tu nivel de estrés vaya aumentando conforme pasan las horas. Ten en cuenta que se pierdes el control, tu hijo también lo notará empeorando su situación y provocando mayor tensión, un círculo vicioso muy desagradable. Para mitigar esto es interesante poder contar con alguien que pueda hacernos el relevo, tranquilizándonos para poder volver a cuidar del bebé con nuevas energías.

Hay que tener muy presente que es una fase pasajera, no durará para siempre a pesar de lo que puedas estar pensando mientras lo padeces. Esto te ayudará a no estar tan nervioso asumiendo que es perfectamente normal, sin perjuicios para la salud del bebé y transitorio. Mucho ánimo!

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