Algo que siempre asusta a
las madres es saber si su bebé se adaptará correctamente cuando le
den el pecho y de ésta forma saber si les podrán amamantar o habrá
que optar por otras soluciones.
Son
muchos los factores que influyen a la hora de saber si tu bebé podrá
o no alimentarse directamente con leche materna, que como es bien
sabido, tiene muchas ventajas para la salud del bebé, para el
bienestar de la madre y para estrechar lazos entre los dos.
Uno de
los factores importantes es la posición que se adopte para dar de
mamar, en especial las primeras veces que lo intentan ya que podría
crearle rechazo si no consigue engancharse adecuadamente. No
obstante, no debes alarmarte si los primeros intentos no han sido
satisfactorios, aunque es verdad que el instinto natural aquí juega
un papel importante y suelen buscar el pezón por si mismos, también
deben aprender, ambos, el bebé a encontrar su alimento y la madre a
proporcionárselo. Date tiempo y no te agobies.
Aprovecha
la ventaja de encontrarte en un hospital lleno de profesionales que
te ayudarán a que amamante sin problemas. En especial, hace ya unos
años, existen grupos de apoyo a la lactancia en los propios
hospitales para ofrecer soporte en los primeros momentos y asegurar
que todo fluye con naturalidad.
Si
percibes que tanto tú como el bebé no estáis en una posición
cómoda, o que no succiona todo lo bien que debería, que se mueve
mucho o simplemente que rechaza el pecho, es posible que sea por una
incorrecta posición.
La
mejor forma es recostada ligeramente hacia delante, ni sentada del
todo, ni totalmente tumbada, mirando de frente. Tu bebé debe estar a
tu lado o en tu regazo y debe acercarse él sólo para encontrar el
pezón. Al principio, no importa, si la postura no es del todo
ortodoxa, lo fundamental es que comience a succionar. En una próxima
toma podremos corregir los pequeños matices. Es mejor hacer esto,
que no intentar recolocarle mientras acaba de cogerse al pecho, pues
podría no encontrar el pezón, no succionar tan bien y podría
enfadarse por la interrupción.
No debe
preocuparte que te parezca que no pueda respirar con naturalidad,
ellos mismos por instinto, saben cuando deben dejar de succionar y
tomarse un respiro. Además, su nariz está adaptada para dejar un
espacio entre la piel de la teta y los orificios de su nariz,
permitiéndole respirar donde a nosotros posiblemente nos costaría.
Cuando
hayan pasado unos días desde el nacimiento la cosa se irá
naturalizando y normalizando y el período de búsqueda del pezón se
irá reduciendo, todo mediante el aprendizaje. De cualquier forma, si
observas que le cuesta encontrarlo o quedarse enganchado mientras
mama, le puedes ayudar subiendo y bajando los brazos con los que le
sujetas, para adaptar así la posición.
Conforme
vaya creciendo ambos iréis adquiriendo habilidades y podréis optar
por otras posiciones. Siempre y cuando ambos os encontréis cómodos
y cada toma sea la suficientemente productiva para la alimentación
del bebé, podéis buscar las posiciones que queráis.
Una
posición muy práctica cuando ya son algo mayores es en la que la
madre se tumba hacia uno de los costados y el bebé tumbado a su lado
accede directamente al pezón. Esta posición es especialmente cómoda
para las tomas nocturnas ya resulta sumamente cómoda para ambos y
permite quedarse dormido a continuación de la toma.
Cuando
ya empiezan a sujetar su propia cabecita, muchas veces prefieren
pasar de estar acostados en tu regazo a estar sentados, eso lo iréis
experimentado vosotros mismo.
No hay
que agobiarse si el bebé no está haciendo las tomas correctamente
en los primeros intentos, todo requiere un periodo de adaptación. No
obstante, si ves que no consigue mamar adecuadamente, consulta con
los profesionales de la salud que te asesorarán sobre la forma en
que le das el pecho y si debes optar por otros métodos alternativos
para alimentarle, ya sea por una incorrecta posición o por otros
motivos, como la calidad o cantidad de la leche materna. No te
preocupes, con cualquiera de los métodos alternativos existentes tu
hijo crecerá sano y fuerte.
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