A
todos nos gusta recibir un buen masaje relajante y los bebés no iban
a ser menos, les ayudará a tranquilizarse de una forma que además,
reforzará los vínculos con sus padres. Es importante entender que
no es un juego por ejemplo, alternando los masajes con cosquillas
porque sino pierde todo su efecto, sin embargo, tampoco debemos estar
firmes o serios porque podría crear rechazo y se podría percibir
como obligación cuando debe ser algo placentero y relajante.
Por
ello, lo primero que debemos observar es si tiene ganas de recibir un
masaje, si está dispuesto. Una forma de hacerlo es diciéndole
siempre lo mismo antes de empezar, por ejemplo, preguntando ¿quieres
un masaje? A continuación, esperaremos un breve instante su
reacción. Las primeras veces no habrá reacción porque lógicamente,
no sabe lo que es un masaje, pero poco a poco lo relacionará. En el
caso de ser de las primeras veces, empieza lentamente y comprueba si
le gusta o no.
Puedes
usar aceite hidratante o cualquier otra loción, eso si, que esté
pensada para los bebés pues si piel es más sensible. El bebé se
encontrará recostado o tumbado de forma que se encuentre cómodo y
seguro (atención a las caídas) procurando que siempre sea el mismo
sitio de la casa. Esto también le ayudará a relacionar conceptos de
forma que te pueda indicar si quiere o no recibir un masaje.
Un
buen sitio por el que puedes empezar a masajear son las piernas, de
arriba abajo de forma muy suave (evita las cosquillas en los pies). A
continuación, iremos a los brazos y de igual forma bajaremos desde
los hombros hasta las manos.
Después
acariciaremos el pecho del bebé desde el esternón hacia los lados
pasando seguidamente al estómago donde trazaremos con los dedos
círculos en el sentido de las agujas del reloj. A continuación
realizaremos pasadas hacia abajo en el estómago de forma continuada
alternando las manos, siempre con mucha delicadeza. No es
recomendable hacer masajes en el estómago si aún no se le ha
desprendido del todo el cordón umbilical y está totalmente
cicatrizado pues podríamos reabrirlo o incluso infectarlo con el
aceite de masaje.
Los
masajes en la cabeza pueden ser muy placenteros para los bebés, pero
no para todos, hay muchos que no disfrutan cuando se les toca la
cabeza. Compruébalo y si le gusta, juega a peinarle y despienarle
con las palmas de la mano de forma muy suave. Puede dormirse sólo
con este masaje. Mucho cuidado como siempre, con la cabeza pues es
una parte muy sensible y blanda durante varios meses después de
nacer.
La
espalda se debe dejar para el final, pues requiere un cambio de
postura. Si lo que buscas es que se duerma mientras le haces el
masaje, cambia el orden y empieza por la espalda. No es fácil que se
duerma del todo sólo con un masaje, de todas formas no es algo
imposible, sobre todo cuando ya ha hecho la conexión entre masaje y
relajación para dormirse.
Es
en la espalda donde se acumula una gran tensión puesto que es de las
primeras partes junto con las extremidades que empieza a ejercitarse,
no nos damos cuenta, pero la espalda la utilizamos para casi
cualquier movimiento y en especial para sujetar la cabeza, cosa que
no pueden hacer los recién nacidos.
Por
ello deben estar boca abajo cada vez más tiempo, aumentando la
musculatura del cuello y de la espalda. El masaje se realiza haciendo
pasadas desde la nuca hasta el culito de nuestro bebé.
Por
supuesto, puedes hacer todas las variaciones que veas en función de
los gustos de tu bebé, cambiar el orden, incorporar otros masajes,
eliminar partes que le desagradan... Sólo es una pequeña guía
orientativa que puedes y debes adaptar a tus circunstancias. Si lo
haces bien y con paciencia, el momento del masaje será de los más
deseados, llenos de paz y le ayudarán mucho a conseguir la
relajación necesaria para dormirse y a ti te encantará hacerlos.
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