lunes, 23 de enero de 2017

6 consejos para crear un horario para dormir

Rutina horaria para dormir
A medida que nuestros bebés van dejando de serlo, buscan más excusas para no ir a la cama

Es una realidad que conforme nuestro hijo va adoptando más capacidad de autogestión y decisión pueda hacerse cada vez más difícil convencerle de que ya es hora de acostarse. Esto, en ciertos casos, puede convertirse en un verdadero problema y fuente de constantes tensiones.
Para evitarlo en la medida de lo posible os facilitamos los siguientes consejos:

-Crear una rutina horaria es fundamental, puesto que de pequeños aún no la tienen asimilada y sin darnos cuenta con nuestros ajetreados día a día podemos influir negativamente. Especialmente útil e importante es esta cuestión cuando empiezan a ir al colegio, puesto que ello provocará que, independientemente de cómo hayan descansado esa noche, se vayan a tener que levantar temprano. Esto puede suponer un cambio relevante debido a que antes de esa etapa se suelen despertar en muchos casos, cuando ya no tienen más sueño.
Mantén, en la medida de lo posible, la hora de irse a dormir, lo que ayudará a programar el metabolismo de nuestros hijos y que sientan sensación de cansancio a la hora que estimamos oportuna, y no sólo eso, sino que de esta forma también influiremos en la sensación de descanso por la mañana aunque, por supuesto, para conseguir esto último deberán levantarse siempre a la misma hora, ya sea día lectivo o no.

-Para evitar riñas innecesarias puedes utilizar la fórmula por la cual le preguntas si ya se quiere ir a dormir, ante lo cual normalmente te dirá que no, y tú de forma magnánima le podrás decir, venga vale, 5 minutos más, creando una complicidad y una falsa sensación en el niño de que se ha salido con la suya, al menos en parte. De esta forma no se volverá contra ti y no parecerá una decisión de los padres, sino más bien, un acuerdo en el que él ha formado parte. Eso sí, para que este sistema funcione es imprescindible que esos 5 minutos no sean prorrogables, lo que si puedes hacer es adaptar el tiempo según veas el momento más adecuado y decir siempre que son 5 minutos. Esto lo podrás seguir adaptando siempre y cuando no sea tan consciente del paso del tiempo.

-Ves bajando la intensidad del ritmo de tu hijo conforme se vaya acercando la hora de acostarse. Es un error muy frecuente usar los juegos en la cama como aliciente para que se quieran ir a dormir, puesto que efectivamente les incita a ir a la cama, pero no para dormir, se aceleran mucho y no pueden conciliar el sueño. No obstante, si esta técnica funciona, puedes seguir utilizándola, cada niño es diferente, sin embargo, es más habitual que acciones como bañarles, escuchar música o vídeos relajantes, leerles un cuento... ayuden a que se duerman antes y que la calidad del sueño sea mejor.

-A medida que crecen van reclamando de forma directa o indirecta, cada vez más autonomía y capacidad de decisión y así como la hora no la pueden elegir, si es bueno que les permitas cierto grado de decisión en la rutina que estés creando, como qué cuento leer, con qué muñeco dormir o qué música relajante quieren escuchar. De esta manera, al participar ellos en cierta forma, tendrán más ganas de cumplir la rutina.

-Intenta establecer elementos ambientales que ayuden a diferenciar entre el día y la noche, es decir, entre el periodo en el que deben estar despiertos y el periodo en el que se debe dormir. Ejemplo de ello puede ser la cantidad o intensidad de las luces (puedes usar incluso una lamparilla de noche que se mantendrá toda la noche encendida), el nivel sonoro de la casa (apagando televisión y bajando el volumen de la voz), aumentar ligeramente el calor de la habitación donde va a dormir nuestro bebé...

-Intenta utilizar la misma frase de despedida para darle las buenas noches, de esta forma esta sentencia indicará que ya no se puede prorrogar más el tiempo de dormir y que debe comenzar el descanso. Si practicas el colecho o le acompañas en su habitación o cama mientras se duerme, desde el momento en el que pronuncias la frase ya no se debe hablar más (salvo emergencias claro) hazte el dormido si es necesario para que comprenda que ha llegado el momento de dormir.

Nunca es fácil ni rápido instaurar una rutina, por lo que hazlo de forma gradual, pero eso sí, continuada y manteniendote firme, sólo de esta forma conseguirás un descanso profundo y sin enfados para tu hijo. Buenas noches!


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miércoles, 4 de enero de 2017

¿Cómo saber si un niño está deshidratado?

Deshidratación de los niños
¿Cómo saber si un niño está deshidratado?

Aunque es mucho más frecuente que se den casos de deshidratación en verano debido al calor y la sequedad en el ambiente, también se producen bastantes casos en invierno pero a causa de otros motivos, evidentemente. La principal causa está relacionada con la bajada generalizada de temperaturas, lo que suele generar, sobre todo en los más pequeños, cuadros de catarro común o gripe. Es bien sabido que en estos casos es muy recomendable tomar grandes cantidades de agua no sólo porque es beneficioso para recuperarnos antes sino porque ayudamos a nuestros riñones a filtrar mejor todos los restos de medicamentos que normalmente se ingieren con estos cuadros clínicos.
No obstante, los niños pequeños y bebés suelen mostrarse reacios a beber, e incluso beben menos cantidad de la habitual cuando precisamente deberían hacer lo contrario. Los principales motivos son las bajas temperaturas que mitigan la sensación de querer beber por calor o sequedad y el dolor que suelen tener al tragar cualquier alimento debido a una inflamación en la garganta por mucosidad abundante.

Por eso debemos estar pendientes de los signos que muestran deshidratación en nuestros bebés:

-La boca está seca, labios secos y ausencia de babas.

-En los lactantes que tienen aún la fontanela abierta, cuando el niño se encuentra tumbado, la tienen más hundida, es un signo de que faltan líquidos en el cuerpo.

-Ojeras, por supuesto, si ha dormido mal, por ejemplo debido a la tos, es normal que tenga ojeras.

-El niño está decaído y pálido. Esto también puede ser debido a la fiebre. Tómele la temperatura para asegurarse.

-Si le apretamos ligeramente las uñas y soltamos el lecho de la uña queda pálido pero debe recuperar su color normal rápidamente, si tarda más de 3 segundos nos indica que el riego de sangre es escaso, esto ocurre en la deshidratación, pero también en otras ocasiones (fiebre y anemia).

-Menos cantidad de orina de la habitual.

-Sus lloros presentan pocas lágrimas.


Para evitarlo sólo existe el control por parte del adulto para incitarle a que beba agua. En el caso de que se presente diarrea debido a la enfermedad se puede seguir esta dieta astringente ya que la diarrea y los vómitos son grandes causantes de deshidratación:

-Evitar las grasas, que son alimentos irritantes para el estómago, como por ejemplo los fritos, la bollería, los embutidos o los quesos curados.

-Comer más veces al día pero menos cantidad en cada toma.

-No insistir en que el niño coma si tiene nauseas.

-Se pueden tomar sueros de rehidratación, en pequeñas cantidades y con gran frecuencia para que los toleren bien. No sirve solo agua y manzanillas pues no aportan las sales que se pierden con los vómitos.
En los últimos años los laboratorios han hecho un esfuerzo por adaptarse a los gustos de los niños y actualmente se venden en múltiples sabores y si se toman frescos mejoran su sabor (nunca fríos si hay irritación en la garganta).
Las bebidas que se recomiendan para después de hacer deporte no sirven, pueden incluso ser peligrosas, pues los suplementos que aportan no son los adecuados, ni se ajustan a las pérdidas que se producen por los vómitos, además, no están pensadas para los más pequeños.



Vídeo de la Patrulla Canina para tu hij@ hecho con juguetes. Le encantará


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