lunes, 21 de agosto de 2017

Fisioterapia respiratoria contra la bronquiolitis del bebé

bronquiolitis en bebés

La bronquiolitis es una enfermedad viral que se encuentra sobre todo en invierno

Durante los 2 primeros años de vida hay más riesgo de que su bebé contraiga la enfermedad, que está ocasionada por un virus y se presenta con mayor frecuencia durante los meses más fríos del año. De hecho, es la enfermedad del trato respiratorio más común para los bebés en ésta etapa.

Se transmite de dos formas, bien por contacto directo con las secreciones nasales o a través de la saliva en gotitas transmitidas en el aire.

Además del tratamiento médico que le dará su pediatra para combatir ésta enfermedad, existen otras terapias que pueden ayudar a que la bronquiolitis remita antes y con síntomas menos graves. Una de ellas es la fisioterapia respiratoria cuyo objetivo será evacuar las secreciones, contribuyendo de esta forma a reducir la obstrucción de las vías aéreas y favoreciendo el trabajo ventilatorio.
Lo que se persigue es mover los “mocos” desde los bronquiolos más alejados del pulmón hasta la tráquea para poder expulsarlos por la boca.

Este tratamiento es conveniente realizarlo lo antes posible para aumentar su eficacia puesto que cuando se agrava es mas difícil mover esa mucosidad porque se va haciendo más espesa. De esta forma se consigue una rápida recuperación del aparato respiratorio del bebé, evitando posibles secuelas.

Las técnicas varían en función de la edad del bebé y de la presencia de posibles broncoespamos de la musculatura respiratoria (en la auscultación se escuchan silbidos) o acumulo de secreciones (se escuchan crujidos). Las técnicas son inocuas para el bebé no obstante, es normal que llore durante la sesión, de hecho, en ocasiones se busca esto mismo para que se favorezca la evacuación del moco acumulado en las zonas más profundas.

Consejos en casa

-Vigilas signos de empeoramiento.
-Administrar líquidos, la hidratación es muy importante pues favorece la fluidificación de las secreciones.
-Tomar la temperatura para comprobar si tiene fiebre.
-Comidas pausadas y con descansos para mejorar la respiración. De lo contrario, podría rechazar la ingesta de alimentos lo que podría provocar otros problemas.
-No acudir a la guarderia hasta la desapareción completa de la enfermedad.
-Realizar lavados nasales con suero fisiológico y aspiración siempre suave de las secreciones nasales. Es normal que presente rechazo a realizar esta operación.
-Evitar arropar en exceso, pues podría favorecer la aparición de fiebre.
-En la cuna debe mantenerse tumbado boca arriba con el tronco incorporado, casi sentado.
-No fumar en la casa.
-Temperatura entre 18ºC y 20ºC con buena ventilación evitando las corrientes de aire.

-Humedad relativa entre 20% y 50%. Si usa humidificadores encencerlo 30 minutos antes de ocupar la habitación y apagarlo al entrar, sin abusar, pues aumentan la secreción excesiva y por lo tanto, la obstrucción de las vías respiratorias.

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