lunes, 21 de agosto de 2017

Fisioterapia respiratoria contra la bronquiolitis del bebé

bronquiolitis en bebés

La bronquiolitis es una enfermedad viral que se encuentra sobre todo en invierno

Durante los 2 primeros años de vida hay más riesgo de que su bebé contraiga la enfermedad, que está ocasionada por un virus y se presenta con mayor frecuencia durante los meses más fríos del año. De hecho, es la enfermedad del trato respiratorio más común para los bebés en ésta etapa.

Se transmite de dos formas, bien por contacto directo con las secreciones nasales o a través de la saliva en gotitas transmitidas en el aire.

Además del tratamiento médico que le dará su pediatra para combatir ésta enfermedad, existen otras terapias que pueden ayudar a que la bronquiolitis remita antes y con síntomas menos graves. Una de ellas es la fisioterapia respiratoria cuyo objetivo será evacuar las secreciones, contribuyendo de esta forma a reducir la obstrucción de las vías aéreas y favoreciendo el trabajo ventilatorio.
Lo que se persigue es mover los “mocos” desde los bronquiolos más alejados del pulmón hasta la tráquea para poder expulsarlos por la boca.

Este tratamiento es conveniente realizarlo lo antes posible para aumentar su eficacia puesto que cuando se agrava es mas difícil mover esa mucosidad porque se va haciendo más espesa. De esta forma se consigue una rápida recuperación del aparato respiratorio del bebé, evitando posibles secuelas.

Las técnicas varían en función de la edad del bebé y de la presencia de posibles broncoespamos de la musculatura respiratoria (en la auscultación se escuchan silbidos) o acumulo de secreciones (se escuchan crujidos). Las técnicas son inocuas para el bebé no obstante, es normal que llore durante la sesión, de hecho, en ocasiones se busca esto mismo para que se favorezca la evacuación del moco acumulado en las zonas más profundas.

Consejos en casa

-Vigilas signos de empeoramiento.
-Administrar líquidos, la hidratación es muy importante pues favorece la fluidificación de las secreciones.
-Tomar la temperatura para comprobar si tiene fiebre.
-Comidas pausadas y con descansos para mejorar la respiración. De lo contrario, podría rechazar la ingesta de alimentos lo que podría provocar otros problemas.
-No acudir a la guarderia hasta la desapareción completa de la enfermedad.
-Realizar lavados nasales con suero fisiológico y aspiración siempre suave de las secreciones nasales. Es normal que presente rechazo a realizar esta operación.
-Evitar arropar en exceso, pues podría favorecer la aparición de fiebre.
-En la cuna debe mantenerse tumbado boca arriba con el tronco incorporado, casi sentado.
-No fumar en la casa.
-Temperatura entre 18ºC y 20ºC con buena ventilación evitando las corrientes de aire.

-Humedad relativa entre 20% y 50%. Si usa humidificadores encencerlo 30 minutos antes de ocupar la habitación y apagarlo al entrar, sin abusar, pues aumentan la secreción excesiva y por lo tanto, la obstrucción de las vías respiratorias.

martes, 8 de agosto de 2017

Trucos para que los bebés desayunen y tomen fruta

Desayuno sano

Un buen desayuno es clave para que pueda afrontar el día con energía

Como siempre se dice, el desayuno es la comida más importante del día y en el caso de los bebés o niños, más aún, pues además de aportarles los nutrientes necesarios para su correcto crecimiento físico e intelectual, les proporciona, como mínimo, el 25% del aporte calórico del día. Desayunando, nos aseguramos que dispongan de la suficiente energía para llegar hasta la hora de la comida, o al menos hasta el almuerzo (recomendamos 5 comidas al día, desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena). Por ello es tan recomendable inculcar este hábito desde la más tierna infancia, que muchas veces pasará por inculcarnoslo a nosotros mismos, ya que una buena forma de enseñar siempre es con el ejemplo.

A partir del año es el momento de incorporar en la alimentación de nuestro bebe lácteos, frutas y cereales, los cuales deben estar presentes a diario. Un ejemplo típico es combinar un lácteo (leche, yogur adaptado, queso fresco...) con un farináceo (cerales, pan, bizcocho casero...) y fruta (en zumo recién exprimido o media pieza de fruta en trocitos).

Cuando ya se haya acostumbrado a este tipo de desayuno en todas sus variantes, puedes incluir además cacao, aceite de oliva, mermelada y embutido bajo en grasa. Es importante no introducir estos cambios hasta que no esté acostumbrado al desayuno tradicional puesto que podría preferir estos extras al desayuno tradicional, derivando en un desayuno que ya no es completo y estará desequilibrado.

Si algún día no le apatece, no le fuerces, nunca hay que forzar cuando estamos hablando de dar de comer pues puede ocasionar rechazo, lo importante es que se vaya creando el hábito de desayunar al levantarse por la mañana.

Trucos para que se coman la fruta

A pesar de la importancia de la ingesta de fruta, no todos los padres están concienciados suficientemente, y muestra de ello es que muchos de ellos tampoco toman todas las piezas de fruta que deberían. Esto muchas veces se traduce en que los bebés muestran cierto rechazo a comerla y a pesar de nuestros esfuerzos, no siempre lo conseguimos. Por eso os indicamos una serie de consejos que pueden ayudar:
-Da ejemplo, como en casi todas las facetas de la educación del hijo, el ejemplo es de gran ayuda.
-Que no te importe que jueguen con ella (en cierta medida y dependiendo de la edad) puesto que de jugar a comérsela hay sólo un paso.
-Puedes preparársela de formas divertidas, echándole imaginación: un plátano delfín, una carita en el plato, un abanico de mandarinas, un kiwi erizo... Sino sabes o no se te ocurren ideas en internet puedes encontrar diversos manuales. Recuerda que tu hijo también puede ayudarte con las preparaciones haciendo que comer fruta sea hasta divertido.
-Siempre será más sencillo que se alimenten con zumos, así que no desesperes sino consigues que se tome la pieza, se puede ir acostumbrando al sabor por medio de zumos o batidos.

martes, 18 de julio de 2017

Fisioterapia contra el cólico del lactante

Colico del lactante

Un 40% de los lactantes sufren cólicos lo que provoca gran sufrimiento y estrés al bebé y a sus padres


Los cólicos del lactante se dan lugar en los primeros meses de vida teniendo como consecuencia un gran malestar para el bebé que no cesará de llorar y mostrar gran irritabilidad especialmente durante la tarde-noche y en muchas ocasiones se prolongará durante toda la noche. Suelen mantener los puños cerrados y estar en posición fetal (presionando las piernas contra el abdomen en un intento de mejorar su molestia).

Ante estos síntomas los padres suelen acudir al médico (cosa que siempre se debe hacer) donde les indican que son cólicos del lactante y en muchos casos no les recetarán nada por una combinación de corta edad y síntomas que no son graves, aunque ocasionen muchas molestias.

Los cólicos se producen cuando se intenta hacer trabajar a un sistema digestivo que aún no está maduro del todo, con pocos enzimas lo que origina que lleguen al intestino alimentos que aún no están descompuestos del todo provocando fermentación, gases y mala movilidad. De esta manera los intestinos no trabajarán de forma rítmica sino mediante espamos lo que provoca gran dolor.

Llegados a este punto los padres pueden sentir frustración y cierta culpabilidad al no conseguir que su recién nacido sienta alivio. Esto unido a la falta de horas de sueño ocasionada por los cólicos deriva en una situación muy angustiosa.
Hay que recordar que no se está actuando mal ni son “malos padres” e intentar realizar pequeñas prácticas que pueden provocar sensación de alivio al bebé. Entre ellas están los masajes abdominales.

Su pediatra le puede aconsejar cómo realizarlos y sino otra opción que existe en la actualidad es acudir a centros de masajes especializados donde le aplicarán técnicas de fisioterapia abdominal y osteopatía craneal. El motivo de los masajes en el cráneo se debe a que una posible causa de los cólicos sea un atrapamiento del nervio vago.

El nervio vago es el encargado de controlar el aparato digestivo y si está atrapado a su paso por un agujero que está en el cráneo por debajo de la nuca (agujero rasgado posterior) no mandará la información correcta para una adecuada digestión.

Estos tratamientos son totalmente inocuos, no producen dolor y pueden ayudar a que su bebé con cólicos de lactante pase ésta etapa, que se soluciona por si sola según va creciendo, de una forma menos traumática.

miércoles, 28 de junio de 2017

Cómo hacer buenas fotos a tu bebé

Cómo hacer fotos de bebés
Consejos sencillos para capturar esos momentos especiales

Muchos padres se compran una cámara mejor con motivo del nacimiento de su hijo y es que si bien es cierto que acumulamos momentos a lo largo de toda nuestra vida, en esta etapa resulta mucho más evidente debido a lo mucho que los queremos y sobre a lo rápido que crecen. Parece una frase hecha, pero es cierto, crecen muy rápido, te parecerá mentira por lo que no dudes en hacerle fotos para recordar cada etapa.

Habitualmente las fotos espontáneas suelen ser las mejores porque captan la realidad del momento, sin poses, no obstante, es muy difícil que tengan la calidad apropiada, por lo que no debes agobiarte, en cuanto te vea con la cámara cambiará de actividad y se perderá el momento, no obstante, no dejes de intentar conseguirlas pues son valiosas.

Si lo que quieres es hacer fotos un poco más preparadas, con buen fondo, buena iluminación... debes implicar a tu hijo, y para ello hay dos cosas importantes: la primera, enséñale la cámara, que no le parezca algo desconocido que no puede tocar (vigilalo de cerca para no tener accidentes). La segunda, enséñale las fotos, le parecerá muy divertido verse a sí mismo y en muchas ocasiones sólo con eso ya tendrá interés en hacerse fotos.

Anímale a que pose, como si de un juego se tratara, obtendrás expresiones divertidas que darán muy buenos resultados haciendo de la fotografía un hobby atractivo. Esto además, servirá para uniros un poco más.

Ponte a su altura, le dará más cercanía a la foto y tu hijo tendrá las proporciones adecuadas. Además, ayudará a tu hijo a que se lo tome como un juego.

Usa el zoom siempre que puedas, le dará más espacio para expresarse sin notar cambios en ti cada vez que se mueva, por lo que se sentirá más libre.

Dale sus juguetes preferidos, procura que esté calentito y que se sienta cómodo. Intenta que no haya ruidos ni elementos que le puedan distraer de la actividad.

El encuadre debe centrarse en tu hijo, no lo adornes con todo el espacio a su alrededor, así los detalles de su expresión corporal destacarán más.

Es aconsejable utilizar ráfagas pues será inevitable que se mueva, y así será más fácil que haya alguna toma que sea de tu agrado.

Para que te mire simplemente háblale. Si le enseñas un juguete lo más probable es que lo quiera, y se mueva hacia él o se queje porque no se le das.

Utiliza luz natural, siempre obtendrás colores y contrastes más bonitos y fieles a la realidad. El mejor momento es a primera hora de la mañana. Ponlo cerca de la ventana, evitando estar a contraluz. Si el contraste es muy alto porque la intensidad de la luz es elevada, que no le dé la luz directa. Si tiene que ser luz artificial, mejor la luz cálida (amarilla). El flash es el último recurso, pero sino tienes más remedio que usarlo, procura estar lejos para que no le moleste demasiado el fogonazo, o asociará la cámara a algo que no le gusta.

Ya lo dicen los grandes directores, nunca trabajar ni con animales ni con niños, y es que es difícil, pero si te armas de paciencia obtendrás grandes fotos para conservar y poder recordar los mejores momentos de la infancia de tu hijo.

martes, 6 de junio de 2017

Cuidado con la meningitis

Meningitis en el niño
La meningitis no es una enfermedad común no obstante es muy temida por su virulencia y sus consecuencias

¿Qué es la meningitis?

Es una enfermedad infecciosa que se produce cuando se inflaman las meninges. Las meninges son unas membranas que protegen a nuestros sistema nervioso de cualquier microorganismo dañino y están situadas bajo el cráneo y la columna vertebral. Cuando uno de estos microorganismos es capaz de atravesar las defensas las meninges se inflaman pudiendo poner en peligro la vida, especialmente en los casos que afectan a niños.

Tipos de meningitis

La virulencia de la enfermedad depende en gran parte del tipo de germen que la haya ocasionado, de esta forma si distinguen los tipos de meningitis:
-Vírica: Es la más común y suele resultar benigna, de hecho, gran parte de la población la ha padecido sin ni siquiera ser consciente de ello. Normalmente se curan solas sin trantamiento.
-Bacteriana: Existen poca cantidad de bacterias capaces de ocasionar meningitis sin embargo son mucho más dañinas que los virus.
-Meningococo: Afecta sobre todo a adolescente y niños. Esta variedad es muy peligrosa debido a que no sólo provoca meningitis sino otras enfermedades, algunas de ellas como la sepsis meningocócica produce la muerte en cuestión de horas al invadir el torrente sanguíneo.
-Haemphilus influanzae: Sólo afecta a los niños pequeños, entre los 3 meses y los 5 años, pues con el crecimiento, el organismo aprende a defenderse de él.
-Neumococo: Afecta a niños menos de 2 años y puede dejar secuelas como sordera, otitis, neumonía, sinusítis...

La gravedad de la meningitis reside en la parte del cuerpo afectada, el sistema nervioso, provocando daños irreparables.

Síntomas

Dolor intenso de cabeza, vómitos y fiebre elevada. Estos siempre se producen y pueden ir acompañados además de: sensibilidad a la luz y al ruido, dolor y rigidez en el cuello, somnolencia, confusión, palidez, convulsiones, dolor en las articulaciones
En el caso de ser provocada por meningococo puede aparecer una erupción cutánea e incluso pequeñas hemorragias bajo la piel.
Cuando hablamos de bebés es más difícil su detección por presentar síntomas poco específicos. Por ello no debemos dudar en acudir al médico si el niño presenta fiebre superior a 38 grados, presenta un mal aspecto, tiene respiración quejumbrosa, no come, se encuentra decaído o muestra un rechazo exagerado a que lo manipulen.
Si el niño tienes menos de 20 meses puede verse a simple vista la inflamación a través de las fontanelas (huecos en el cráneo del bebé que aún se está soldando).

Para verificarlo se debe extraer líquido cefalorraquídeo a través de una punción lumbar para su análisis.

Contagio

Es bastante contagiosa, especialmente si es de origen vírico. La trasmisión se produce mediante la saliva, al hablar, toser, estornudar y besar.
Exite gran variedad de vacunas a tenor de la variedad de tipos de meningitis, por lo que si estamos vacunados, sólo lo estaremos para ese subtipo específico, no para todas las variantes, no obstante, según aconseja la Asociación Española de Pediatría, hay que vacunar a nuestros hijos.

Recordamos que no es una enfermedad común y por ello no debemos alarmarnos ante la presencia de algún síntoma. En su lugar, como siempre, acudiremos al centro de salud.


La nana de Brahms. Relájale y fomenta su inteligencia con música clásica suave





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jueves, 20 de abril de 2017

Tiempo de parque

Parque infantil
Ir al parque les aporta beneficios físicos, mentales y sociales

     Con el buen tiempo vuelve el momento de llevar a nuestros hijos al parque un lugar lleno de diversión para ellos y que les aporta numerosos beneficios.
     Beneficios físicos: fortalecimiento de los músculos, aumento de la masa osea, desarrollo psicomotríz, refuerzo del sistema inmunológico...
     Mejora en las habilidades sociales, creativas y emocionales: cuando inventan un juego, hacen nuevos amigos, interactúan con niños de su edad, aprenden a conocer a nuevas personas...
     Como extra, pero no por ello menos importante, el ejercicio físico realizado por tu hijo le ayudará a conciliar el sueño antes y con más calidad, haciéndose imprescindible el realizar actividades deportivas en niños hiperactivos.

¿Cuando empezar a llevarlo?
     A partir de los 15-18 meses puedes comenzar a llevarlo ya que para entonces empiezan a tener autoconsciencia y se pone de manifiesto el llamado juego en paralelo, el cual consiste en que los niños quieren estar con otros niños para imitarles y aprender a la vez que juegan.
     Con 2 años empiezan a disfrutar del parque de una forma más completa puesto que pueden disfrutar de su autonomía motriz.

     Si es posible procura que la hora sea más o menos la misma, reconocerá cuando es el momento de salir, ni antes ni después, y lo que puede ser más importante, asimilará con más facilidad cuando es hora de volver, lo que puede evitarte discusiones tontas, haciendo de esta actividad algo totalmente placentero para toda la familia. El tiempo recomendable es de una hora u hora y media. Si puede ser mejor todos los días. Todos estos factores facilitarán que haga nuevas amistades.

     Tienes que tener en cuenta que los niños van al parque a jugar por lo que es muy comprensible que se manchen y por ello debes vestirles con ropa cómoda y práctica, como chandals, mallas, sudaderas sin capucha (por seguridad para evitar que se le enganche lastimándole el cuello) y zapatillas deportivas, mejor si son de velcro (con los lazos se puede tropezar y no podrá ponérselas él sólo).

La merienda
     Ir al parque está muy ligado a la merienda, no sólo porque puede comer con sus amigos lo que puede ayudarle si normalmente no come bien por medio de la imitación, sino porque el ejercicio físico inherente les abre el apetito. Esto lo puedes utilizar para comenzar o fomentar la ingesta de frutas, eso si, no debes olvidar que debe ser práctico, fácil de preparar y de comer para que el hecho de merendar no sea un impedimento para seguir jugando, puesto que de lo contrario puede causar rechazo. Otro alimentos ideales para la merienda suelen ser sándwich, galletas, algo de leche...

     Intenta no abusar de los zumos preparados o asegúrate de que no contienen azúcares añadidos que además de no ser parte de una alimentación sana, les pueden ocasionar problemas dentales, puesto que al no poderse lavar los dientes pasan mucho tiempo con esas concentraciones de azúcar en la boca.

     No olvides llevarte agua, especialmente en verano, para que permanezcan hidratados correctamente.

Qué necesito
     Además de lo ya mencionado puede ser útil:
     -una muda por si tiene un pequeño accidente y no avisa de que quiere ir al baño.
     -un abrigo por si refresca. Si hay una pequeña posibilidad de que llueva algo que le proteja, desde chusvaquero a paraguas, pero es muy importante que no se moje para evitar resfriados.
     -crema solar sobre todo en verano.
     -su juguete preferido, no sólo porque siempre lo quiere, sino porque puede aprender a compartir con sus amigos.
     -toallitas húmedas, son fundamentales para las manos, que siempre acaban en la boca.

Parques seguros
     Depende de las zonas los parques suelen ser bastantes seguros, aunque hay diferencias, siendo Galicia y Andalucía las únicas que han regulado por ley la seguridad en los parques infantiles.
     No obstante, hay unas normas generales que nos pueden ayudar a decidir:
     -Deben situarse a 30 metros o más del tráfico rodado.
     -Deben disponer de vayas con cierres complicados para los más pequeños.
     -Todos los elementos deben ser de madera o plástico teniendo especial atención a todas las esquinas y tornillos que nunca deben estar visibles.
     -El suelo debe ser de caucho o similar para que las caídas no ocasionen grandes problemas.
     -Debe indicar la edad adecuada de las instalaciones.
     -Por supuesto, debe estar limpio y en buen estado de conservación.

     Por último, no olvides que la mejor medida de seguridad eres tú, no dejes de vigilarlo y podrás disfrutar en familia del parque.



Entretenimiento antes de dormir, convénceles de que es hora de dormir



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sábado, 4 de marzo de 2017

Sistema para establecer límites a los niños

Indicamos un método eficaz y sencillo para establecer límites a nuestros hijos.

En el artículo anterior Poner límites es fundamental para los niños desarrollamos la importancia y las consecuencias negativas en la educación y desarrollo de nuestros hijos de la ausencia de límites. También comentamos que la existencia de limitaciones promueve la asimilación de dos pilares básicos de la educación infantil:
-A veces no se consigue lo que se quiere en cuanto se desea.
-Los malos comportamientos o decisiones tienen consecuencias negativas.

Una vez comprendido esto debemos decidir cómo vamos a establecer esos límites, si indicándoselos en todo momento cada vez que sea necesario (lo que pierde fuerza) o con algún otro método.
Aquí usaremos una pizarra, papel o similar, colocado en un lugar visible de la casa (y si puede ser a la que no tenga alcance directo para evitar la tentación del menor de manipularla) dividida en dos partes: una con un recuento de las veces que queremos recompensarle y otra con un recuento de las veces en las que no nos ha gustado su comportamiento. La primera parte fomenta el primer pilar puesto que el niño observa que con buenas acciones y paciencia puede obtener un premio (no hace falta que sea material, puede ser ponerse a jugar con algo que le gusta mucho, ir a algún sitio, una comida que le gusta... de hecho es recomendable que el tipo de recompensa varíe para no asociar que sólo consigue ese tipo de premio sino que en general obtendrá una recompensa, evitando los premios materiales en la medida de lo posible).
De esta forma tenderá a huir de la impaciencia y le enseñaremos a manejar la frustración por no conseguir lo que quiere en cuanto lo quiere mostrándole que el esfuerzo y la constancia forman un mejor camino que la autocomplaciencia instantánea de “quiero esto ahora”.

Para ello en ocasiones le diremos que ocurrirá cuando acumule determinado número de acciones positivas, cuál será el premio, mostrándole una meta a largo plazo. El número de acciones positivas es aconsejable establecerlo conjuntamente, haciéndole partícipe del método, lo que fomentará su aceptación. Podemos fijar el número haciendo que siempre sea el mismo o podemos variarlo en función del premio que le vamos a dar. Se puede ir aumentando el número para espaciar en el tiempo la entrega de recompensas hasta que al final no sean necesarias, pero esto debe hacerse muy lentamente, sino es mejor mantenerlo fijo, puesto que de lo contrario se podrían fijar unos objetivos demasiado ambiciosos lo que provocaría el rechazo del sistema.
No siempre le diremos cuál será el premio, muchas veces porque no se nos ocurrirá qué premio darle y otras para que no asimile que siempre consigue lo que quiere de esa forma, provocando que se centre demasiado en eso sin importarle cómo conseguirlo. Es decir, se le enseña a que siempre hay que comportarse cómo nosotros consideramos que es correcto, aunque no haya premio o lo desconozca. Esto es más difícil de asimilar para los más pequeños así que si nos insiste en saber de antemano cuál será el premio debemos decirselo, a medida que vaya creciendo no nos lo pedirá y por supuesto también dejará de ser necesaria la pizarra.

La otra mitad, claramente, fomenta la idea de que los malos comportamientos provocan consecuencias negativas en forma de castigo. Entiéndase castigo en su concepto más amplio, una repercusión por sus acciones, no va al parque a jugar, no ve la tele (muy útil pues en general están delante del televisor demasiado tiempo) no puede jugar con nuestro móvil (en general desaconsejamos dejárselo y si lo hacemos, siempre delante nuestro para controlar el tiempo y también muy importante qué hace con él puesto que hay infinidad de contenido que no es apto) le quitamos un juguete... cada padre o madre sabrá mejor cuál es la consecuencia que debe tener un reiterado mal comportamiento.
Esto no quiere decir que no podamos reprimirle en el momento que hace algo mal puesto que no ha acumulado suficientes acciones negativas, al contrario, puesto que podría entrar en el juego de saber que no va a pasar nada hasta que llegue a determinado número, volviéndose en contra el método puesto que le enseñaríamos que, en ocasiones, las malas acciones no tienen consecuencias negativas. Siempre hay que regañarle por lo que ha hecho mal pero controlando la intensidad puesto que podría provocar un rechazo a las normas y a los padres en general en caso de intensidad excesiva. Es mejor quedarse por debajo que sobrepasarse, no obstante si acumula muchas las consecuencias deben ser más graves para él, puesto que sino no aprende nada de esa situación.
El castigo es mejor si es inmediato, es decir, si está viendo la tele, se le apaga, si está jugando con un juguete se le quita... ya que tienen en este aspecto mala memoria y si les dices mañana no saldrás al parque en ese momento le dará igual (perdiendo la eficacia del castigo, puesto que hay una consecuencia pero no la percibe) y cuando llegue el día siguiente es muy posible que ni siquiera recuerde qué es lo que hizo mal para merecer ese castigo (por lo que le estaríamos castigando por nada según su punto de vista haciendo que las normas y la autoridad carezcan de sentido y parezca todo arbitrario).

Cómo el objetivo es doble, queremos muchas acciones buenas y ninguna mala, podemos establecer un reto doble, por ejemplo, si consigue determinado número de acciones buenas y ninguna mala premio doble o mayor, puesto que sino la importancia de la existencia de malas conductas en presencia de otras buenas disminuye mucho haciendo más débil el mensaje que queremos transmitirle: ninguna acción mala como meta (obviamente son niños y alguna harán).

La edad en la que se puede utilizar este método varía según el desarrollo de cada bebé, pero cuando es plenamente consciente, puede interpretar perfectamente nuestras ideas y él expresar las suyas, ya se puede emplear. Suele variar entre los 3 y los 4 años, pero si es necesario se puede emplear en edades más avanzadas, no obstante, conforme sean mayores normalmente, será más difícil de establecer.
Su uso se puede extender todo el tiempo necesario, hasta que ya consideremos que es prescindible, pero mejor hacerlo de una manera progresiva, estableciendo retos más ambiciosos aunque siempre alcanzables. Lo ideal sería dejar este método con un gran reto que además del premio ponga fin a la existencia del sistema de la pizarra comunicándole esto con antelación.

Este método es sólo un ejemplo, se puede usar una variante de él u otro completamente distinto, lo importante, como siempre, es mirar a largo plazo y establecer normas y límites para que nuestros hijos crezcan equilibrados y felices.


Vídeo de Bebes Dormilones, una buena opción para que sueñen



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jueves, 2 de marzo de 2017

Poner límites es fundamental para los niños

Esto es algo que de forma casi instintiva, todos los padres saben, sin embargo, puede ser difícil llevarlo a cabo.

Cada vez se presentan más casos en los que los padres son acosados por las exigencias de sus hijos, han perdido todo el control sobre la situación y no saben cómo abordar el problema. En muchas ocasiones la resolución de este tipo de problema con los hijos (prácticamente en todos) suele ser complicada y frecuentemente se necesita la ayuda de profesionales.
Lo que hay que recordar es que casi siempre esta actitud del menor se debe a una mala educación por parte de su entorno familiar, permitiéndole, desde la más temprana edad, conseguir todos sus caprichos. Por ello es muy importante establecer limitaciones entre lo que pueden o no pueden hacer nuestros hijos, antes de que pueda suponer un problema serio.

La educación debe comenzar desde que tienen uso de razón, desde bebés (por supuesto, que puedan hablar y entendernos, sino es imposible, claro está) porque, cómo cualquier otro hábito, es más difícil modificar la conducta cuanto más tiempo pasa. Por supuesto, no utilizaremos la misma inflexión, expresión corporal ni severidad cuando es más pequeño. Con suerte, si se usa bien, nunca debemos aumentar el grado de la imposición de límites puesto que el niño se acostumbrará a su existencia y no se planteará rebatirlos.

Es normal que a la hora de establecer los límites te surjan dudas sobre si realmente era necesario, si hemos actuado bien, si hemos tomado la mejor decisión... Forma parte de la lucha interior que mantienen los padres entre la parte racional de nuestro cerebro que nos dice que esa decisión que hemos tomado es lo mejor para él y la parte emocional que quiere verle feliz ahora. Si lo pensamos desde otro punto de vista, es la encrucijada entre obtener una recompensa a largo plazo (nuestro hijo será equilibrado y feliz) o conseguirla de forma inmediata (nuestro hijo se sale con la suya y en ese momento es feliz pero a la larga puede tener graves consecuencias tanto para él como para la familia).
En el caso de la educación de los padres a los hijos, siempre debemos pensar a largo plazo, puesto que la verdadera educación se realiza con constancia no con cortos consejos o lecciones que se acaban olvidando.

Establecer limitaciones a nuestros bebés por supuesto no quiere decir que nos enfademos, ni mucho menos que les gritemos (de hecho esto podría provocar un rechazo precisamente de lo que queremos enseñarle) tenemos que explicarles qué deben hacer por su bien, por qué se pueden hacer daño, por qué no está bien visto en la sociedad... el motivo correspondiente, pero siempre hay que facilitarle una causa. Esto les ayuda a comprender el mensaje que les queremos dar puesto que a medida que crecen, por naturaleza, son cada vez más curiosos, y si les establecemos límites injustificados pierden valor e importancia en la mente del niño. En algunas ocasiones la explicación es demasiado compleja como para que puedan entenderlo (por mucho que te esfuerces en simplificarlo); da igual, dásela, aunque no la entienda, observará que hay un motivo y muchas veces simplemente con eso les valdrá para retenerlo y asimilarlo en su conducta, ya lo entenderá cuando crezca un poco.

Las consecuencias de la ausencia de límites para los niños, además de las antes mencionadas, pueden ser: falta de control (puesto que han comprobado que no es necesario para conseguir lo que quieren), impulsividad desmedida e impaciencia(no saben mirar a largo plazo), intolerancia a la frustración (siempre consiguen lo que quieren), no cumplen las normas y sienten que deben tener privilegios (porque sabe que los demás tienen límites pero él no), suelen ser manipuladores haciendo que los demás se sientan mal para conseguir lo que quieren siendo impertinentes (es lo primero que aprenden cuando no hay límites), no se esfuerzan, son poco colaborativos... Todo esto junto puede hacer, además, que sean agresivos.

Los principales valores que se aprenden con la existencia de límites son dos:

-Se enseña que a veces no se consigue lo que se quiere en cuanto se desea. Esto mejora su constancia, buena conducta, su paciencia, su empatía, la complicidad con los padres, su autocontrol, la necesidad del esfuerzo, su capacidad colaborativa...

-Se enseña que malos comportamientos o decisiones tienen consecuencias negativas, las cuales hay que aceptar, asumir y corregir. De esta forma mejora la capacidad de autocrítica, la capacidad de analizar nuestro propio comportamiento, nuestro afán de mejora constante, también mejora la empatía y el sentimiento de que se necesita justicia en nuestra sociedad.

Este último valor es el que tradicionalmente se tiene más olvidado, y sólo tenemos que mirar nuestro propio comportamiento y es que muchos asumiremos que ante una crítica, que puede ser constructiva y objetivamente hablando real, nosotros tendemos a enrrocarnos en nuestra posición, sin dar nuestro brazo a torcer. Somos poco capaces, en líneas generales, de asumir nuestra culpa y pedir perdón. De ahí el auge en redes sociales de los llamados haters, en algunas ocasiones existen porque saben que nos vamos a pedir disculpas por un mal comportamiento y vamos a discutir, que es lo que realmente quieren. En otros casos simplemente no se entiende el por qué de estos individuos.

No debemos ceder antes los chantajes del tipo que sean (emocionales, de mal comportamiento...) en ninguna circunstancia ni lugar. El ejemplo claro lo encontramos en los niños que se portan peor cuando hay público porque saben que nos avergonzamos de su mal comportamiento consiguiendo lo que quieren. Es difícil luchar contra ese sentimiento de vergüenza, pero una vez más, debemos pensar a largo plazo, ¿queremos un niño que una vez se comportó mal en público y que tiempo después no nos acordaremos que pasó? ¿o un niño que siempre se comporta mal en público porque no supimos establecer límites en su momento? De esto último siempre nos acordaríamos y lamentaríamos.

Por ello hay que evitar siempre el refuerzo negativo, es decir, recompensar de manera indirecta, facilitandole al niño lo que desea para que deje de comportarse mal. Evidentemente, si lo pensamos, nosotros no queremos recompensar las malas acciones, pero es el mensaje que se le queda grabado al pequeño: si quiero algo y no me lo dan, me comporto mal y entonces me lo dan para que deje de comportarme así.

En vez de eso, deberíamos mantenernos en nuestra postura negándole lo que estimamos oportuno siempre razonando el por qué de nuestra decisión. Si el motivo es un mal comportamiento previo, automáticamente le estás enseñando que comportarse mal tiene consecuencias negativas.
Pasado un tiempo (otro día por ejemplo, no dejando pasar mucho tiempo para que recuerde el mensaje que le queremos transmitir) cuando se comporte bien, quizás podemos recompensarle con lo que le negamos el día anterior. De esta forma asume que la mejor forma de conseguir lo que quiere es siguiendo las reglas. Portarse bien tiene consecuencias positivas. Esto sería educar con refuerzo positivo.
Les transmitimos las nociones básicas del bien y el mal, conceptos muy complejos simplificados para que los entiendan nuestros hijos.

En resumen, los padres deben enseñar qué es lo correcto, a aceptar la negativa ante algo deseado, a ser pacientes y lo que es el sentimiento de frustración dándole recursos con los que hacerle frente, porque para que un niño cuando sea adulto pueda seguir su propio camino, estableciendo sus propias reglas, antes debe haber conocido las limitaciones puestas desde fuera, por sus padres.

En el siguiente artículo Sistema para establecer límites a los niños mostraremos un método que podemos utilizar para establecer limitaciones a nuestros hijos.


Duerme a tu bebé con un simpático marcianito que le encantará y le hará soñar


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martes, 7 de febrero de 2017

¿Tu bebé no obedece? Consejos para evitarlo

Mi hijo no obedece
Muchas veces no podemos evitar ponernos nerviosos cuando no obedecen. Siguiendo estos pasos conseguiremos que hagan más caso consiguiendo de esta forma un mejor ambiente familiar



     1.   Seguramente muchas veces hayas oido lo de educar con refuerzo positivo, ¿pero en qué consiste? Casi de forma natural vamos educando a nuestros hijos en negativo, esto es porque cuando son muy muy pequeños apenas comprenden nuestras palabras y para evitar situaciones de riesgo o peligro utilizamos una sencilla y corta palabra: No. Esto cuando son pequeños no es malo puesto que es una sencilla y directa instrucción que puede paralizar la acción indeseada ayudando a mantenerle a salvo.

No obstante, a medida que vaya creciendo e interprete mejor frases más complejas, debemos ir desterrando ese simple no y utilizar el refuerzo positivo. Esto se debe a que podemos decir una enorme cantidad de veces a lo largo del día esa misma palabra (puedes hacer la prueba y te asombrarás) hasta 80 veces perdiendo de esta forma totalmente su efecto disuasorio y provocando una cierta inmunidad puesto que no surte ningún efecto. Si empiezas a percibir que ese No le entra por un oído y le sale por otro, ha llegado el momento, debes cambiar al refuerzo positivo.
Los psicólogos nos demuestran que el refuerzo positivo es más beneficioso y útil. Para ello cambiaríamos el mensaje de “No pegues a tu hermana” por “Trata bien a tu hermana”, “No cojas eso” por “Coge esto otro” o “No veas la televisión” por “¿Leemos un rato?

     2.   Perder la paciencia es sencillamente demasiado fácil, y lo peor es que nuestros hijos son sumamente observadores y se ven que nos molestan ciertas actitudes, no dudarán en fomentarlas cuando no consigan lo que desean provocando que hagan más veces aquello que tanto nos molestó que hicieran. Como se puede apreciar es sumamente nocivo. Por ello debemos controlar nuestras emociones todo lo que podamos cuando estemos enfadados por algo que han hecho o dicho, usando la firmeza justa y mostrándose sosegado y calmado, lo que ayudará a que no hagan esa acción por despecho hacia vosotros, pues observan que no tiene ningún efecto en nuestro ánimo (en apariencia claro). Esto, por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, pero con práctica y determinación tendremos la suficiente destreza para lidiar con estas situaciones.

     3.   Sin darnos cuenta damos instrucciones demasiado ambiguas, vagas o incluso contradictorias. Como por ejemplo: “pórtate bien” “tienes que ser bueno”. Órdenes tan sencillas que no aportan ningún tipo de información de cómo tienen que actuar ni por qué. Este último punto es importante, a medida de que crezcan, las órdenes nuevas pedirán que las argumentemos, no valdrá con enunciarlas, querrán saber por qué. Este paso es natural y no debemos tomarlo como un reto, sino como un intento por parte de nuestros hijos por comprendernos y saber cómo funciona el mundo.
Debemos por ello procurar ser más específicos, concisos, aclarando lo que esperamos de ellos y por qué. Como ejemplos: “En la biblioteca hay que hablar bajito porque la gente está leyendo” o “Tenemos que hacer la fila para poder entrar porque sino sería muy complicado entrar todos a la vez”. Recordar que la argumentación sólo es necesaria para instrucciones nuevas, sino si que podría ser un intento de sacar de quicio. Hay que evitar por completo frases como “Porque yo lo digo” proporciona un aire de autoritarismo muy dañino y favorece que el niño entienda que la inflexión y cierta cabezonería son buenas formas de actuar.
     4.   Por último está el detalle que muchas veces los padres olvidan: debemos ser ejemplificantes. En muchas ocasiones los padres se quejan de la actitud de su hijo cuando realmente ellos mismos se comportan igual aunque a otra escala y aunque es natural que queramos que nuestros hijos sean mejores que nosotros, es muy difícil que la actitud de nuestros hijos sea diferente de la nuestra, por lo que debemos ser todo lo que queremos que sean, bondadosos, generosos, ordenados, obedientes...

Mucho ánimo con esa educación!


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lunes, 23 de enero de 2017

6 consejos para crear un horario para dormir

Rutina horaria para dormir
A medida que nuestros bebés van dejando de serlo, buscan más excusas para no ir a la cama

Es una realidad que conforme nuestro hijo va adoptando más capacidad de autogestión y decisión pueda hacerse cada vez más difícil convencerle de que ya es hora de acostarse. Esto, en ciertos casos, puede convertirse en un verdadero problema y fuente de constantes tensiones.
Para evitarlo en la medida de lo posible os facilitamos los siguientes consejos:

-Crear una rutina horaria es fundamental, puesto que de pequeños aún no la tienen asimilada y sin darnos cuenta con nuestros ajetreados día a día podemos influir negativamente. Especialmente útil e importante es esta cuestión cuando empiezan a ir al colegio, puesto que ello provocará que, independientemente de cómo hayan descansado esa noche, se vayan a tener que levantar temprano. Esto puede suponer un cambio relevante debido a que antes de esa etapa se suelen despertar en muchos casos, cuando ya no tienen más sueño.
Mantén, en la medida de lo posible, la hora de irse a dormir, lo que ayudará a programar el metabolismo de nuestros hijos y que sientan sensación de cansancio a la hora que estimamos oportuna, y no sólo eso, sino que de esta forma también influiremos en la sensación de descanso por la mañana aunque, por supuesto, para conseguir esto último deberán levantarse siempre a la misma hora, ya sea día lectivo o no.

-Para evitar riñas innecesarias puedes utilizar la fórmula por la cual le preguntas si ya se quiere ir a dormir, ante lo cual normalmente te dirá que no, y tú de forma magnánima le podrás decir, venga vale, 5 minutos más, creando una complicidad y una falsa sensación en el niño de que se ha salido con la suya, al menos en parte. De esta forma no se volverá contra ti y no parecerá una decisión de los padres, sino más bien, un acuerdo en el que él ha formado parte. Eso sí, para que este sistema funcione es imprescindible que esos 5 minutos no sean prorrogables, lo que si puedes hacer es adaptar el tiempo según veas el momento más adecuado y decir siempre que son 5 minutos. Esto lo podrás seguir adaptando siempre y cuando no sea tan consciente del paso del tiempo.

-Ves bajando la intensidad del ritmo de tu hijo conforme se vaya acercando la hora de acostarse. Es un error muy frecuente usar los juegos en la cama como aliciente para que se quieran ir a dormir, puesto que efectivamente les incita a ir a la cama, pero no para dormir, se aceleran mucho y no pueden conciliar el sueño. No obstante, si esta técnica funciona, puedes seguir utilizándola, cada niño es diferente, sin embargo, es más habitual que acciones como bañarles, escuchar música o vídeos relajantes, leerles un cuento... ayuden a que se duerman antes y que la calidad del sueño sea mejor.

-A medida que crecen van reclamando de forma directa o indirecta, cada vez más autonomía y capacidad de decisión y así como la hora no la pueden elegir, si es bueno que les permitas cierto grado de decisión en la rutina que estés creando, como qué cuento leer, con qué muñeco dormir o qué música relajante quieren escuchar. De esta manera, al participar ellos en cierta forma, tendrán más ganas de cumplir la rutina.

-Intenta establecer elementos ambientales que ayuden a diferenciar entre el día y la noche, es decir, entre el periodo en el que deben estar despiertos y el periodo en el que se debe dormir. Ejemplo de ello puede ser la cantidad o intensidad de las luces (puedes usar incluso una lamparilla de noche que se mantendrá toda la noche encendida), el nivel sonoro de la casa (apagando televisión y bajando el volumen de la voz), aumentar ligeramente el calor de la habitación donde va a dormir nuestro bebé...

-Intenta utilizar la misma frase de despedida para darle las buenas noches, de esta forma esta sentencia indicará que ya no se puede prorrogar más el tiempo de dormir y que debe comenzar el descanso. Si practicas el colecho o le acompañas en su habitación o cama mientras se duerme, desde el momento en el que pronuncias la frase ya no se debe hablar más (salvo emergencias claro) hazte el dormido si es necesario para que comprenda que ha llegado el momento de dormir.

Nunca es fácil ni rápido instaurar una rutina, por lo que hazlo de forma gradual, pero eso sí, continuada y manteniendote firme, sólo de esta forma conseguirás un descanso profundo y sin enfados para tu hijo. Buenas noches!


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miércoles, 4 de enero de 2017

¿Cómo saber si un niño está deshidratado?

Deshidratación de los niños
¿Cómo saber si un niño está deshidratado?

Aunque es mucho más frecuente que se den casos de deshidratación en verano debido al calor y la sequedad en el ambiente, también se producen bastantes casos en invierno pero a causa de otros motivos, evidentemente. La principal causa está relacionada con la bajada generalizada de temperaturas, lo que suele generar, sobre todo en los más pequeños, cuadros de catarro común o gripe. Es bien sabido que en estos casos es muy recomendable tomar grandes cantidades de agua no sólo porque es beneficioso para recuperarnos antes sino porque ayudamos a nuestros riñones a filtrar mejor todos los restos de medicamentos que normalmente se ingieren con estos cuadros clínicos.
No obstante, los niños pequeños y bebés suelen mostrarse reacios a beber, e incluso beben menos cantidad de la habitual cuando precisamente deberían hacer lo contrario. Los principales motivos son las bajas temperaturas que mitigan la sensación de querer beber por calor o sequedad y el dolor que suelen tener al tragar cualquier alimento debido a una inflamación en la garganta por mucosidad abundante.

Por eso debemos estar pendientes de los signos que muestran deshidratación en nuestros bebés:

-La boca está seca, labios secos y ausencia de babas.

-En los lactantes que tienen aún la fontanela abierta, cuando el niño se encuentra tumbado, la tienen más hundida, es un signo de que faltan líquidos en el cuerpo.

-Ojeras, por supuesto, si ha dormido mal, por ejemplo debido a la tos, es normal que tenga ojeras.

-El niño está decaído y pálido. Esto también puede ser debido a la fiebre. Tómele la temperatura para asegurarse.

-Si le apretamos ligeramente las uñas y soltamos el lecho de la uña queda pálido pero debe recuperar su color normal rápidamente, si tarda más de 3 segundos nos indica que el riego de sangre es escaso, esto ocurre en la deshidratación, pero también en otras ocasiones (fiebre y anemia).

-Menos cantidad de orina de la habitual.

-Sus lloros presentan pocas lágrimas.


Para evitarlo sólo existe el control por parte del adulto para incitarle a que beba agua. En el caso de que se presente diarrea debido a la enfermedad se puede seguir esta dieta astringente ya que la diarrea y los vómitos son grandes causantes de deshidratación:

-Evitar las grasas, que son alimentos irritantes para el estómago, como por ejemplo los fritos, la bollería, los embutidos o los quesos curados.

-Comer más veces al día pero menos cantidad en cada toma.

-No insistir en que el niño coma si tiene nauseas.

-Se pueden tomar sueros de rehidratación, en pequeñas cantidades y con gran frecuencia para que los toleren bien. No sirve solo agua y manzanillas pues no aportan las sales que se pierden con los vómitos.
En los últimos años los laboratorios han hecho un esfuerzo por adaptarse a los gustos de los niños y actualmente se venden en múltiples sabores y si se toman frescos mejoran su sabor (nunca fríos si hay irritación en la garganta).
Las bebidas que se recomiendan para después de hacer deporte no sirven, pueden incluso ser peligrosas, pues los suplementos que aportan no son los adecuados, ni se ajustan a las pérdidas que se producen por los vómitos, además, no están pensadas para los más pequeños.



Vídeo de la Patrulla Canina para tu hij@ hecho con juguetes. Le encantará


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miércoles, 21 de diciembre de 2016

La apnea del sueño en bebés

Apnea del sueño en bebés

La apnea del sueño en bebés puede convertirse en un trastorno grave

En primer lugar debemos indicar en qué consiste la apnea: pausas en la respiración mientras el sujeto está durmiendo. Normalmente es debido a que una vía respiratoria se ha estrechado o ha llegado a bloquearse. Este trastorno que últimamente ya es más conocido entre los adultos, también puede producirse en los bebés y niños pequeños, produciéndose pausas de hasta 20 segundos sin respirar.
En bastantes casos, se produce más de un episodio por noche, lo que puede provocar una falta grave de descanso en el bebé, que finalmente podría afectar a su desarrollo y a su humor, puesto que, al igual que los adultos, una noche poco reparadora provoca malestar e irritabilidad durante el día.

Existen 3 tipos de apneas del sueño:

-Apnea obstructiva: los movimientos respiratorios se producen pero no provocan flujo de aire.
-Apnea central: no se producen movimientos respiratorios en abdomen y tórax.
-Apnea mixta: se producen los otros dos tipos de apnea.

Se ha observado una relación entra el tipo de apena del sueño y la edad del bebé, siendo bastante común la apnea central con una edad de hasta 6 meses. Los otros dos tipos de apneas son menos comunes y de darse, se presentan cuando el bebé alcanza el año.

Si tenemos sospechas de que nuestro bebé podría estar sufriendo apena del sueño, deberemos observar su descanso. Si detectamos alguna irregularidad en su respiración debemos acudir al pediatra para estudiar el caso puesto que la apena del sueño y su gravedad, va asociada a la causa que lo provoca, por lo que el médico realizará una serie de pruebas para identificar el motivo.
En el caso de que sea apnea primaria esencial el pronóstico es muy bueno a largo plazo en la practica totalidad de los pacientes, durando su monitorización entre 6 meses y un año.
Si se trata de bradicardia y se presentan numerosos episodios de apnea del sueño, el bebé se mantendrá en observación en el hospital hasta que los episodios sean menos frecuentes y de menor gravedad, cosa que suele ocurrir de forma natural según va creciendo.
En el caso de los bebés prematuros el tratamiento consiste en la toma de medicamentos con cafeína y teofilina lo que provoca un estímulo en la parte del cerebro encargada de la respiración.

La monitorización se realiza con un monitor de apnea del sueño para bebés que controla cuánto aire está recibiendo el bebé y por lo tanto si es suficiente a lo largo del tiempo, se dará por finalizada la monitorización. Además, estos aparatos controlan el pulso, avisando tanto si es muy bajo como muy alto lo que les proporciona datos a los médicos para saber el tipo de apnea.

Como siempre te recomendamos, si tienes alguna duda o sospechas que tu bebé puede sufrir apnea del sueño, consulta con tu pediatra.


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sábado, 17 de diciembre de 2016

Cómo dormir a un recién nacido


Recién nacido dormido
Los recién nacidos suelen dormir muchas horas al día pero con muchas interrupciones

A lo largo de las primeras semanas de vida de tu bebé, observarás que duerme a lo largo del todo el día, siempre que tiene sueño. Esto es así por continuidad con la forma de vida que tenía dentro del útero materno, donde no tenía forma de interpretar el día o la noche, ni las horas para comer, no disponía de ninguna rutina.
Sin embargo, en el momento que nace esto cambia puesto que sus padres si que tienen rutinas diarias. Este periodo de adaptación al nuevo medio en el que se encuentra puede ser más o menos largo, pero siempre se acaba por conseguir.
Pueden llegar a dormir hasta 18 horas al día, pero lo habitual es que no se mantengan dormidos más de 3 o 4 horas consecutivas. Cuando tu bebé se despierte deberás acudir pues no disponen de la capacidad de calmarse sólo. No deberías empezar a intentarlo hasta los 4 meses de edad. Llegada esa edad, y dependiendo de cada bebé en particular podrías comenzar a intentar que se calme sólo y así reconcilie él sólo su propio sueño.

Los motivos por los que es más normal que se despierten es por hambre y por necesidad de que le cambien el pañal. Por supuesto, puede haber otros motivos como que le duela un diente o que esté enfermo. Al principio será casi imposible que detectes si es sólo por hambre o hay algo más puesto que desconocerás su pauta de sueño. No te preocupes es normal, pronto la conocerás y serás más eficiente detectando qué es lo que quiere y por qué se ha despertado. Muchas veces puede ser una simple pesadilla aunque esto suele ocurrir cuando ya son bebés más mayores.

Consejos

-El colchón de duerma tu bebé debe ser firme.

-Evita peluches y almohadas mientras siga siendo pequeño.

-No le ponga ropa holgada.

-Coloca a tu bebé boca arriba, disminuyendo de esta forma la probabilidad de muerte súbita. Si se gira mientras duerme y te das cuenta vuelve a colocarlo boca arriba siempre que al hacerlo no se despierte, sino mejor déjalo a no ser que se haya quedado boca abajo.

-Si el bebé está tomando leche materna, la madre deberá evitar las bebidas que contengan cafeína así como alcohol. Evita fumar, por tu salud y la de todos.

-Es importante que el bebé pueda diferenciar claramente el día de la noche, y las actividades que se hacen de día y las que se hacen de noche, que por supuesto, es dormir. Por eso, durante el día procura que vez la luz, realiza tus actividades habituales, no reduzcas el volumen de tu casa y mantenle activo. Durante la noche, todo lo contrario, oscuridad o como mucho una luz de noche para que puedas verle, silencio y poca actividad en la casa. Si tienes que cambiarle procura que la luz no sea demasiado fuerte y susurra o incluso mantén el silencio si es posible, tratando de no desvelarle demasiado. Poco a poco sabrá diferenciar qué hay que hacer en cada periodo del día.

-Como ya hemos comentado en otras ocasiones crear una rutina del sueño, un patrón que siempre repetimos antes de ir a dormir, es una herramienta muy sencilla y eficaz. Por ejemplo: Baño, masaje, ir a la cama. Esto deberá hacerse siempre sobre la misma hora. Podéis encontrar más información en el siguiente link:


-Por último, no hay que olvidar que esta etapa es de gran cansancio para los adultos puesto que nuestros propios ritmos se ven alterados. Para minimizar los efectos de esta alteración deberemos dormir o descansar al menos, en la medida de lo posible, cuando el bebé duerma, evitando la tentación de realizar otras actividades que, por estar al cargo del bebé no podemos realizar. Hay que recordar que debemos mostrarnos serenos y descansados para fomentar la relajación del bebé.
Podéis encontrar más información sobre cómo dormir con un recién nacido en el siguiente link:



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viernes, 16 de diciembre de 2016

Estreñimiento en bebés


Bebé con estreñimiento
Durante los primeros meses de vida es cuando se producen más casos de estreñimiento

No es muy habitual en los bebés, pero si se da, es más frecuente de recién nacido, pues su sistema digestivo aún no está maduro y puede no funcionar con la suficiente fluidez, principalmente los movimientos intestinales y la relajación del esfínter.


Síntomas

-El principal síntoma es comprobar su malestar, está irritable, llora y levanta las piernas en un intento por encontrar alivio. Como es natural este síntoma es muy poco específico, por lo que por si sólo no nos indica nada.

-La frecuencia con la que evacua o su cantidad disminuye considerablemente. En muchas ocasiones esto es difícil de comprobar porque nuestros bebés no son regulares. Como norma puede pasar 1 e incluso 2 días sin una deposición, considerando esto dentro de lo normal.

-Sus deposiciones son duras y secas.

-Los bebés que toman leche de fórmula son un poco más propenso a presentar estreñimiento, puesto que mamar y tomar leche materna, debido a su composición, son magníficos sistemas antiestreñimiento.


Consejos

-Hay que cambiar sus hábitos de alimentación, siempre y cuando ya haya empezado con la dieta de comida normal, evitar el arroz y otros alimentos que puede provocar estreñimiento.

-Fomentar el que beban más agua.

-Obligarle (con incentivos si es necesario) a ir al baño, muchas veces comentan que no tienen ganas pero cuando se sientan en el water si consiguen evacuar.

-Aumentar la ingestión de verduras como acelgas, espinacas o lechuga. Pueden ser crudas, cocinadas o en cremas.

-Incrementa la cantidad de fruta tanto freca como en compota.

-Cocina añadiendo una cucharadita de aceite de oliva sin freir.

-Sube la ingesta de cereales integrales y sustituyelos por los que come habitualmente.

-Haz que tu hijo como más legumbres (máximo dos veces por semana, pues podrían provocarle gases).

-Como postre la miel con yogur es una buena solución.

-Haz masajes suaves en su vientre de forma circular. En caso de duda, como siempre, consulta con tu pediatra.


Formas de evitar el estreñimiento

-Aumentar la dosis de agua es fundamental.

-Cambia la marca de tu leche de fórmula.

-Procura que haga más ejercicio, siempre en forma de juegos. Si aún no gatea aprovecha cuando esté tumbado para moverle las piernas de arriba abajo, esto ayudará a activar el movimiento intestinal. Los masajes en el abdomen también cumplen esta función.


Como siempre si ves que no mejora y lleva más de 3 días sin evacuar, consulta con el pediatra.



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